lo que realmente significa, es.

Dicen que un clavo saca a otro clavo, que no hay más desprecio que no dar aprecio. Tantos refranes y dichos sobre lo mismo. Quizá ya me costaba volver a creer en el amor. Todo eso sólo era capaz de sellarlo una persona, ¿pero dónde se escondía? Fracaso tras fracaso, mis esperanzas se reducían a la mitad, como mi voluntad tras cada copa de alcohol. Me volvía frágil y vunerable cuando tras una cita nunca volvía a escuchar el teléfono y no volvía a saber de él.Trataba de que una parte de él se quedase aquí conmigo, pero siempre volvía para llevarse todo lo que le pertenecía, mis sentimientos incluidos.
Tal vez el destino se cansó de ser tan duro conmigo y le apeteció darme una segunda oportunidad.
Una segunda oportunidad a vivir un amor de dos, sin terceras personas y sin pensar en uno mismo. Me dejé llevar y funcionó.

Hoy, creo en el amor. Hoy, creo en ti.