La vida es hermosa, llena de cosas sencillas y cosas complejas, situaciones que a veces entendemos y a veces no. Parece fácil, lineal, lógica y predecible. Aparentemente, el ser humano está destinado a nacer, crecer, reproducirse y morir, reiterando su ciclo por los siglos de los siglos.
En este tiempo me doy cuenta que le tengo que dar todo mi tiempo a mi familia, amigos y compañeros, disfruta con quien quiero, hacer con ellos locuras; viajes, probar, disfrutar, gastar, escribir, decir lo que sentimos. Seamos locos, serios, enojones, amargados, introvertidos, extrovertidos, seamos como nosotros mismos somos y aprovechemos cada instante, cada milésima de segundo. Abracemos a quien queremos, aplaudir al triunfo y animar el fracaso. 
Encuentra lo divertido en cada cosa, lo magnífico en lo sencillo, y jamás pierdas ese gramo de curiosidad, locura o pasión que te impulsa. Arrójate al agua y aprende a nadar. Explora el mundo que tienes a tu alrededor, todo es nuevo, hasta lo común, todo sorprende, todo maravilla. Riégala si es necesario.
Las cosas no tienen por qué tener sentido ni respetar la lógica, si hay un Dios que puede hacer lo imposible, si hay platillos voladores que se dice rompen las leyes de la física, si hay milagros, si hay cosas inexplicables… ¿Por qué hemos de atenernos a las leyes de la “lógica”? La vida es una locura. ¡Qué importa si luces infantil o idiota! Mientras rías hasta que te duela el estómago. ¡Diviértete con tus seres queridos!

Haz de todo algo maravilloso, único, diferente, indescriptible, nuevo, mágico, especial, divertido. Hasta la cosa más mínima tiene extraordinaria belleza… ¡DISFRUTALA!